Opinión
Tácticas para disfrutar del futbol II

Decía en la columna pasada que seguir las ligas de futbol profesional puede ser mayormente una fuente de disfrute o una actividad que nos lleve a evitar sentir nuestras emociones, a cansarnos más, y esquivar los pendientes; de nosotros depende.
Invitaba a hacer consciencia sobre qué significa para cada uno este deporte, y prometí traer una segunda parte de ideas que pueden abonar al manejo del estrés y de las emociones, y a entonces habilitarnos para disfrutar del futbol sin renunciar a cuidarnos. Aquí va, pues, este bonche de herramientas/nociones.
Acciones para el bienestar:
De nuevo, lo importante es practicar cada vez más estar en el momento presente (si comes, solo come; si ves un partido, solo enfócate en él), dar espacio al descanso en nuestros días, a experimentar las emociones y atravesarlas, y a hacer un manejo consciente del estrés. Las cuestiones que a continuación expongo tienen ese propósito.
Hablo de emociones, de permitirnos sentirlas y de manejarlas, sin embargo, por experiencia propia y de otras personas, sé que las emociones son algo que se aprende a identificar, a nombrar, en terapia psicológica y en otros espacios que se enfocan, por ejemplo, a su relación con el cuerpo; ni en la escuela ni en la familia nos han enseñado todo esto, en la mayoría de los casos. Cualquiera puede ser tu momento para decidir hacer posible iniciarte en esto y conocerte a ti mismo; entender y abrazar lo que te pasa. Las emociones aparecen todos los días, y son reflejo de los pensamientos/creencias que tenemos.
Si ya tienes más noción de las emociones, hay una herramienta que ayuda en el cotidiano a mapear dónde se está parado durante el día y que invita o dirige a sentir las emociones centrales, para con ello llegar a la calma. Se llama el triángulo del cambio, y lo explica la psicóloga Natalia Gurdián.
Este concepto afirma que algunas veces sentimos las emociones centrales (alegría, tristeza, enojo, desagrado, etc.), otras más bien estamos en un ángulo del triángulo en el que experimentamos emociones (la vergüenza, la culpa y la ansiedad) que inhiben o frenan a las emociones centrales, y en ocasiones nos ubicamos en las “defensas”, que es cualquier cosa que hacemos para evitar sentir, como, por ejemplo, ver una película o partido, recurrir a alguna adicción, permanecer en redes sociales. Te invito a revisar esta herramienta y probar si te funciona.
Otra acción que podemos hacer para vivir el futbol con liviandad y responsabilidad, desde el disfrute, es elegir los partidos que veremos, determinar a cuáles les damos prioridad, con la intención de sí atender nuestras actividades y necesidades personales y profesionales, y de evitar saturarnos por el deporte. Y es que últimamente los calendarios de la industria mexicana de futbol contemplan varios partidos en un periodo récord. Pueden verse 27 juegos en 17 semanas, por poner un caso.
Por cierto que tener claridad en cuáles son nuestras prioridades y propósito de vida ayuda a elegir lo que más nos conviene, que puede ser contrario a ver un partido que nos hará desvelarnos o evadirnos, por ejemplo.
Después, en la columna pasada recomendaba escribir sobre las emociones y lo que ha pasado en el día, como parte de vaciarnos/manejar la tristeza o el enojo. También puede funcionar hablar al respecto con alguien de confianza, con aquella persona con la que nos experimentamos escuchados y seguros. Para todas las personas es un reto saber escuchar, acoger a la otra persona, mas espero con esperanza que podamos escuchar y ser escuchados cada vez más, que sea una habilidad social que se extienda.
Por último, en un taller llamado “un shot de calma para el alma” (ITESO), argumentan que ser agradecidos, construir esperanza y alimentar el amor propio pueden traer calma. Personalmente, agradecer es lo primero que hago en el día, y se siente bien. Puedes llevar un diario de gratitud en un cuaderno o aplicación de celular, y apuntar qué tres cosas agradeces de cada uno de tus días. Verás que, pasado un tiempo, encuentras más de tres y te es más fácil conectarte con la gratitud, y con la alegría por lo que eres y tienes.
También, por salud física, y mental, recomiendo meditar. Y tener un grupo de meditación que alimente la práctica/te motive a la constancia; contar con una persona maestra con la que aprender a mejorar es clave. Cómo noto, en el día, si dejo de meditar; ya es parte de mí y de lo que me libera de tensión. Ya escribí en extenso una columna sobre la meditación, así que aquí la comparto.
Cierro. El mejor de los deseos, por su bienestar, colegas futboleras y futboleros. Yo también amo a este deporte, y me apasiono, sin embargo, estoy en el camino de darle su justa dimensión, determinar el significado que tiene en mi vida, y a cuidarme, con futbol, sin él, y a pesar de él. Salud.