Opinión
Sobre derechos humanos y migración
El 18 de diciembre de cada año se conmemora el Día Internacional del Migrante, pues, ante las crisis…
Diciembre es el mes en el calendario que nos invita a reflexionar, a hacer un ejercicio introspectivo para analizar lo que hemos hecho bien y mal, las formas en que hemos actuado y qué deberíamos modificar en nuestros comportamientos, influenciados por nuestras ideas y creencias siempre viendo por el prójimo. Esto es útil sobre todo porque debe ser replicado a nivel social para crear comunidades más empáticas y solidarias.
El 18 de diciembre de cada año se conmemora el Día Internacional del Migrante, pues, ante las crisis que atraviesan los diversos países a nivel mundial, derivando en flujos migratorios cada vez mayores, la ONU proclamó la creación de esta efeméride intentando visibilizar las dificultades por las que atraviesan todos aquellos que se ven orillados a tomar la decisión de salir de sus hogares hacia una mejor vida.
Es importante cambiar la visión que se tiene de las personas migrantes pues nadie emigra por gusto, sino por la necesidad y búsqueda de mejorar las condiciones y calidad de vida, así como una superación de la desigualdad económica que nuestro propio sistema reproduce. Pero no solo eso, sino también factores como los conflictos bélicos, catástrofes, persecuciones o hambre. Todo esto, a la par de la necesidad de países desarrollados de utilizar mano de obra a bajo costo.
Es importante partir desde dos aspectos: el primero es la importancia de no generalizar a partir de los prejuicios y estereotipos respecto a que todo migrante afecta la comunidad a la que arriba, además de no alentar los discursos de odio y xenofobia que los reproducen. El segundo es entender que la migración forma parte del proceso de adaptación de las poblaciones mundiales, y que, es así que se transforman y componen las sociedades a lo largo del tiempo, por lo que imaginar un mundo sin migración es inviable.
Queridos lectores, aprovechemos estos días y hagamos un ejercicio de reflexión e introspección. Volvámonos más tolerantes, entendamos el contexto por el que atraviesan otros individuos menos afortunados que nosotros, y así, invitemos a los demás a hacer lo mismo, a ser mejores personas, a tener una sociedad más diversa, sostenible y desarrollada. Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar desde espacios más informados que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.