Opinión
Respuestas ante la pérdida de Liguilla
El 4 de mayo fue el último partido de la temporada regular. Quienes integran 10 equipos de la liga femenil entraron en receso, al quedar fuera de la liguilla. A propósito de esta pausa, me pregunto cómo las futbolistas, y los cuerpos técnicos, acomodan, en la mente y el corazón, el torneo que recién concluyó para ellas y ellos. ¿Cuál es su reacción y su respuesta? Que son clave para el presente y, por tanto, para el futuro.
Al exterior de cierto equipo es posible que su participación en el torneo Clausura 2024 se lea como un “fracaso”. Así, por ejemplo, lo describió un reportero de un medio local, por aquello de dejar de acceder a la Liguilla. Aparte de que es un concepto cuestionable, llama la atención el atrevimiento de recurrir a la calificación en una noticia, en la que incluso deja de argumentar sus razones para emplear tal término.
Sin más, en esta columna intenciono evitar el dramatismo, al que podemos estar acostumbrados culturalmente y que se refleja en los medios de comunicación, particularmente en el área de deportes, para pasar al poder, a la manera de la autora Susan Jeffers.
Traigo a colación lo escrito en su libro “Aunque tenga miedo, hágalo igual”, porque conecto varias de las nociones y explicaciones en él, con algunos de los factores que pueden asociarse a los resultados de los planteles, y lo que se dice alrededor, y con cómo pueden afrontarse los “errores” en nuestras vidas.
En vez de verle como “fracaso”, por ejemplo, lo que ocurre puede tomarse como una oportunidad que abre la puerta a crecimiento. Lo mismo aplica para la concepción de cometer un “error”, o tomar una decisión “equivocada”.
Luego: las personas estamos acostumbradas a responsabilizar a otros por lo que dejó de pasar o por lo que disgusta, no obstante, si nos disponemos a asumir la responsabilidad de lo que nos pasa en la vida, nos habilitamos para ver qué es lo que puede cambiar en el futuro.
Si somos responsables, la próxima vez podemos estar mejor preparados, podemos descubrir por qué las cosas pasaron así. Podemos aumentar nuestro poder y entonces actuar.
El lenguaje que empleamos para hablarnos a nosotros mismos, y para referirnos a lo que ocurre en nuestras vidas, también es clave, de acuerdo con Jeffers.
Por ejemplo, se pasa del victimismo -que se vincula con el dolor y la inacción- al poder, -que representa la acción y el amor-, al decir “la próxima vez”, en vez de expresar “si tan solo…”. Por ejemplo: “Ahora sé que necesito hacer tal gesto técnico-táctico, cuando un equipo emprenda tal estrategia. *La próxima vez* me desempeñaré de tal y tal forma”.
Este libro que comento contiene claves para afrontar el miedo, y aquí para nada puedo agotarles todos; en todo caso, recomiendo su lectura. Mas intuyo que, en la cancha, y en torno a la industria del futbol, pueden presentarse varias situaciones que hacen pisar territorio nuevo constantemente y entonces despertar dicha emoción. Agreguemos que culturalmente hemos aprendido a evitar las emociones “negativas”, o que poco hemos sido educados en cómo manejarnos ante las emociones en general.
De acuerdo con los argumentos de Jeffers, el miedo es un hecho de vida. Podemos reeducarnos respecto a cómo le percibimos y asumimos. El libro plantea herramientas para llegar al punto de sentirse bien consigo y pasar de la parálisis a la acción, al poder.
Es natural experimentar miedo, esto nos indica que estamos en etapa de crecimiento. En todas las personas aparece el miedo, cuando pisamos territorio nuevo. La clave/invitación es tomar acción, a pesar del miedo. Solo así desaparece. Y tras disolverse, viene también una sensación de confianza en sí mismo. Desde luego, se habla de correr riesgos/afrontar miedos que tengan tras de sí entereza o amor, que sumen a las personas.
La apuesta es: fortalecerse uno, con herramientas, para llegar a la vida que se desea vivir. El atractivo es apostar por una vida percibida con más alegría, menos amenazadora; experimentar el amor. Como a ella le pasó, después de superar sus miedos.
En suma, cada parte involucrada con el desempeño de los equipos, cada persona, se compromete en un 100% y obra como si le significara realmente su trabajo; cada persona se hace responsable de lo que pasa en su vida, en cada ámbito de ella, y posibilita los mejores resultados.
Para nada es fácil, toma su tiempo por ser proceso, por el hecho de aprender nuevos conceptos y actitudes, mas es una propuesta, para llegar a donde sí se desea llegar.
Que este tiempo de receso sea potencialmente benéfico para las futbolistas, y el equipo de profesionales que les respalda. Será un gusto poder seguir su proceso el próximo torneo Apertura 2024, que comienza a finales de junio.
Sobre la autora
Miriam Padilla nació en la tierra de la torta ahogada y se sabe una apasionada del futbol. Estudió Periodismo en la Universidad de Guadalajara y la maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura del ITESO. Ha dedicado su tiempo y energía a espacios como el periódico El Informador, a blogs deportivos independientes, y al activismo y la construcción con mujeres, desde el colectivo ciclista Femibici.