Opinión
Que en México lo sepan: la Selección femenil venció con atrevimiento a EEUU
“¡¡¡Gooooooooooooooooooooooooolllllll!!!”. “¡Gol, gol, goooolll!”. A punto de dormir varias, cerrando el día no pocas, seguro muchas personas en México escucharon gritos apasionados, que, si alcanzaron a entender bien, anunciaban una anotación de futbol, la noche del lunes. Poco común, para lo acostumbrado hace siete años. Quizá algunas se asustaron porque desconocen que los lunes son de futbol femenil y se perdieron de un emotivo triunfo histórico.
Correr, correr, correr. Entregarte al momento. Dar lo mejor de ti. Hacer que cuenten las innumerables horas de práctica y la confianza que has forjado. Intuir en segundos cómo encarar y crear la oportunidad de gol. Proyectar el balón hacia la portería. Provocar los gritos y muestras de festejo de miles de personas de una nación. Tu gol es la consecuencia del hambre de ganar, de una actitud de honrar y de dignificar, de hacer valer años de entrenamiento; es tener la intención de transformar el discurso, y la estadística, que dice que has de perder ante Estados Unidos. Eso y más representa el gol de Jacquie, “la maga”, Ovalle, y el juego de todas sus compañeras.
Ahora sí que: que todo México se entere de que la Selección femenil venció a Estados Unidos, segundo lugar del ranking de la FIFA. Eso sentidamente deseamos muchas personas que seguimos y estimamos al equipo representativo de nuestro país de origen. En un partido para grabarlo a fuego en la memoria, y el corazón, las jugadoras mexicanas mostraron personalidad, valentía, futbol; salieron a ganar. Esa noche gritamos con orgullo; levantamos la voz para expresar alegría.
No es para menos. El conjunto nacional logró escalar el lunes al primer sitio del Grupo A, con la victoria de 2-0, en el Dignity Health Sports Park, en Carson, California. Esto, en la fase de grupos de la Copa Oro W, que organiza la Concacaf como primera edición. Días antes había empatado a cero ante la Selección de Argentina y goleado al conjunto de República Dominicana (8-0).
Para dimensionar el triunfo, México le cortó a Estados Unidos una racha de 27 partidos sin derrota por dos goles de diferencia (Goles y cifras, “X”). El equipo norteamericano, vecino, tenía 80 partidos sin perder en casa ante cualquier equipo de la Concacaf (Majo González, “X”). Salió a jugar con seis futbolistas campeonas del mundo en su 11 titular (María Fernanda Mora, TUDN).
La estadística e historia también indica que es la segunda vez que la Selección mexicana femenil vence a Estados Unidos; la primera ocasión fue hace ¡14 años!, cuando ganó 2-1 en el Premundial celebrado en Cancún, Quintana Roo. Los goles en ese entonces fueron de Maribel Domínguez y Verónica Pérez (Cancha y Aparte, artículo).
“Fue un balón dividido a cancha rival y voy a presionar con todo. Yo creo que la defensa la quiso regresar y me rebotó en el pecho. Quedé de frente contra la portera. Salió, traté de acomodármela con mi zurda y ¡pum! Globito… ¡Vaaamooosss!”.
Así narró su gol la maga Ovalle, para la audiencia de su equipo en México, Tigres femenil. “(Me experimento) muy feliz y contenta por el gran desempeño que mostramos el día de hoy. Siempre estoy orgullosa de mi equipo”, dijo antes de describir cómo anotó al minuto 38.
Es un gol que ves una y otra vez, que inspira. Para nada importó que la jugadora estadounidense estuviera más cerca de alcanzar el balón y de pasarlo a una jugadora de campo, o a la portera. Ovalle corrió veloz para hacerse del balón, con la entrega que la caracteriza.
También la anotación de Mayra Pelayo, prácticamente al final del partido, genera una alegría (y admiración) incalculable. Fue una individualidad, resultado de innumerables disparos de práctica y de la confianza que eso genera; se reflejó el deseo de la jugadora por aportar al equipo por el que trabajó para pertenecer. Lo sabemos porque una de sus compañeras en su actual equipo Xolos de Tijuana, Mónica Alvarado, reveló en “X” que Pelayo había repetido ese tiro a gol múltiples veces, posterior a los entrenamientos con el plantel.
Personalmente admiro a las futbolistas que logran anotar, pese a la presión de varias jugadoras a su alrededor; a aquellas que son capaces de resolver, en segundos, la manera de encarar la situación para concretar un gol. Intuyo que tienen práctica, confianza, coraje, técnica y convicción, y eso es emocionante de observar.
Sucede que todas las jugadoras connacionales que participaron en el partido se vieron muy bien, no solo las anotadoras. Fue un despliegue de su mejor versión, o de una de las mejores. Mayormente precisas, enfocadas, incomodaron con la presión alta, y el hecho de ir por cada balón. Técnicas y tácticas, las futbolistas de nuestra Selección mexicana lucieron, se entendieron, e impidieron que Estados Unidos hiciera su juego. La manera de ganar fue disfrutable. De ensueño. Si varias personas estaban por acostarse a descansar, seguro a todas las mexicanas que vimos el partido, nos costó dormir enseguida, ante tal fuente de adrenalina y alegría.
Cada partido cuenta, es necesario enfocarse en uno a la vez, y lo que suma también es vivir el presente. Deseamos que, para el próximo juego que dispute la Selección, que corresponde a cuartos de final, las futbolistas puedan mostrar de nuevo esta personalidad que enamoró y desveló a miles; o que simplemente desplieguen un juego del que se sientan orgullosas y disfruten. Gratitud por lo que hacen dentro de la cancha, y por lo que nos inspiran. ¿Habrá tiempo suficiente para recuperarse físicamente y preparar lo mental? Ya lo veremos, con gusto.
Alineación del partido ante Estados Unidos
Esthefanny Barreras; Karen Luna, Greta Espinoza, Cristina Ferral y Nicky Hernández, con Rebeca Bernal; Alexia Delgado (Karina Rodríguez, 81′) y Karla Nieto; Kiana Palacios (Diana Ordóñez, 81′), María Sánchez (Jasmine Cásarez, 68′) y Jacquie Ovalle (Mayra Pelayo, 81′).
Sobre la autora
Miriam Padilla nació en la tierra de la torta ahogada y se sabe una apasionada del futbol. Estudió Periodismo en la Universidad de Guadalajara y la maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura del ITESO. Ha dedicado su tiempo y energía a espacios como el periódico El Informador, a blogs deportivos independientes, y al activismo y la construcción con mujeres, desde el colectivo ciclista Femibici.