Opinión

¡No te acabes, aficionado, no te acabes!

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La ilusión siempre ha sido la constante.

Pasan los procesos mundialistas y el resultado es desalentador, lo mismo sucede con los procesos intermedios, salvo las copas Oro, cualquier torneo oficial que dispute la selección mexicana, al final, el resultado es quedarse a la orilla en cualquier instancia.

Pasan los jugadores, entrenadores y proceso tras proceso y el resultado siempre es el mismo, un panorama triste y amargo para toda la afición.

Haciendo un recuento desde la primera participación en copas América en el lejano Ecuador 93, el desenlace fue en la final, enfrentado a Argentina, la albiceleste fue campeona, pero los mexicanos dejaron buen sabor de boca, pese a la derrota, esa selección de Campos, Claudio Suárez, Raúl Gutiérrez, Ramírez Perales, Ambriz Espinoza, Ramón Ramírez, García Aspe, Galindo Marentes, David Patiño, Hugo Sánchez y Luis Roberto Alves, entre otros; supieron amalgamar un buen conjunto, juventud y experiencia dieron gala del potencial, que en ese entonces podía alcanzar la Selección Mexicana.

A partir de ese momento, la ilusión del aficionado siempre es la constante, los resultados adversos, salvo la copa confederaciones de 1999, en la que enfrentaron a la selección sub-23 de Brasil para alzarse con la copa de campeón en la cancha del Estadio Azteca.

El regreso de México a las copas mundiales y con el antecedente de Ecuador 93 llegaba a la cita mundialista con todas las expectativas para hacer historia, con una muy buena selección y con una dirección técnica muy coherente, de la mano de Miguel Mejía Barón hizo funcionar de buen modo al combinado verde.

Como ha sido la tónica y su deseo vehemente del famoso quinto partido sin ser local, México se queda en la orilla en cuartos de final a manos de Bulgaria, tras un partido trepidante y de alarido, la definición fue desde los once pasos, De haber sido un poco más alto el portero mexicano, la historia pudo ser distinta, el famoso “Brody”, se lanzaba perfecto, lamentablemente su altura no le ayudó; las lágrimas de tristeza de muchos aficionados rodaron por sus mejillas, algunas otras fueron de coraje, como las del pentapichichi, que se cansó de hacer camino en la zona de calentamiento y jamás entró al terreno de juego.

En la copa América de Bolivia 97, México se quedó en semifinales, derrotado por los locales por 3-1, nuevamente la ilusión se fue a la cloaca,  para el Mundial de Francia 98, los verdes pudieron hacer gala de su potencial al tener en un puño y tras las cuerdas a la Alemania de Oliver Bierhoff, pero el pánico escénico se apoderó de ellos y en menos de 15 minutos, los teutones le dieron la vuelta al marcador, otra vez desilusionados.

En los mundiales de Corea-Japón 2002; quedaron eliminados a manos del acérrimo rival, Estados Unidos, en Alemania 2006, la albiceleste los echó fuera; en Sudáfrica mordieron el polvo frente a Argentina; en Brasil 2014 los Países Bajos y el “no era penal”, los verdugos; en Rusia 2018, Brasil los dejó fuera; en Qatar ni siquiera avanzó de la fase de grupos.

Ahora bien, en las copas América tampoco ha tenido fortuna; en Uruguay 95, frente a Estados Unidos caen en penales en cuartos de final; en Paraguay 99, semifinal ante Brasil, pierden por 2-0; podríamos seguir numerando la lista de fracasos de la Selección Mexicana en copas América, Confederaciones y Mundiales, lo cierto es que en cada proceso y en cada competencia, al final el resultado es el mismo, frustración, decepción y descontento de los aficionados, no así para los federativos que terminan con los bolsillos llenos de billetes verdes. ¿Hasta cuándo México, hasta cuándo?

¡Corte y queda!

Sobre el autor

Luis Alfredo Dominguez, docente universitario y analista deportivo. @LAlfredoDG

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