Opinión
Me dueles UdeG
Después de ver ese título conseguido en 2006, en Toluca, del supuesto equipo más grande del futbol mexicano, perdí la ilusión de seguir al deporte más hermoso del mundo, pasaron ocho años para volver a vibrar con un partido, volver a sentir la piel erizada y recuperar la fe en el futbol. Leones me enamoró.
Todo parecía un cuento de hadas, la ilusión estuvo a tope, la efervescencia a flor de piel, había recuperado esa ilusión perdida; noches de júbilo y tardes amargas, se vivió la odisea de Leones Negros en el máximo circuito del balompié mexicano.
Su estadía efímera en Primera División tuvo altibajos, más pena que gloria; dicen las malas lenguas que fue orden suprema que le pitaran en contra a los melenudos por haber firmado contrato de transmisión televisiva con una cadena de televisión restringida en lugar de la televisora que controla al futbol mexicano.
En el Apertura 2015, de la mano del “Travieso” Guzmán, los melenudos vuelven a la División de Plata, tuvieron muchos empates y resultados poco favorables, comenzaron a tener argumentos para llevar a cabo la danza de técnicos y jugadores, buscando ser competitivos y adelgazar la nómina de equipo.
El efecto NO-ASCENSO que decidieron tomar los federativos daña a la Liga, a los equipos y a la afición, las medidas tomadas no ofrecen el resultado que se había prometido, el competir sin premio alguno genera desanimo, descontento y apatía; el tener claro que el ascenso se llevará a cabo hasta que le convenga a la Femexfut obliga a los equipos a tener que manejarse de diferente modo, de tal suerte que los números son claros y concretos, la final del 2018 ante cafetaleros por el ascenso tuvo un lleno total en el monumental Estadio Jalisco, ahora, la entrada ante Atlante no llegó al 80 por ciento de la capacidad de aforo.
En el Clausura 2018, la oncena melenuda de la mano de Jorge “El Vikingo” Dávalos llegó a disputar la final por el ascenso y enfrentó a los cafetaleros de Chiapas que eran dirigidos por un viejo conocido del futbol mexicano, Gabriel Caballero; una serie complicada, con la derrota 1-0 en Chiapas y el empate a dos en el Jalisco, Leones Negros dejó la mesa puesta y los del sur se levantaron como campeones; mi corazón de aficionado se desgarra ante la inoperancia del conjunto, el avance muy lento, la poca versatilidad y los errores puntuales de marcación, dieron al traste con lo edificado en el torneo.
Ahora, en este Clausura 2024, nuevamente nos encontramos en la final, afición y equipo hechos uno solo para darle vida al monumental Estadio Jalisco; la tarea no era fácil, traían una derrota de 2-0 a cuestas, así que el plan de vuelo era salir con el 1-0 al descanso, las cosas marchaban bien, cerca de la final de la primera parte, UdeG abre el marcador, se inició con la primera parte de la tarea, acto seguido, aflojan demasiado, ceden tiempo y espacio y el potro relincha en el Jalisco; se van al descanso con el empate y en la segunda mitad, el potro vuelve a relinchar, dejó los cartones 2-1 para un 3-1 global y erigirse como campeón.
Mi corazón vuelve a desangrarse y ahora es definitivo, enterraré mis colores universitarios y quizá hasta mi afición al futbol; gracias por todo UdeG, gracias por devolverme la fe en el futbol en su momento, pero no creo ni quiero soportar una derrota más en una final, me quedo con el recuerdo sublime de tu ascenso; hasta pronto.
Esperen, se asoma un zorro ¿será prudente?
¡Corte y queda!
Sobre el autor
Luis Alfredo Dominguez, docente universitario y analista deportivo. @LAlfredoDG