Opinión
¡Gracias, América!
Las dinastías en el futbol mexicano son pocas, generalmente van por rachas, desde el León que fue el primer campeonísimo del balompié nacional seguido del supuesto más grande del futbol mexicano, las Chivas, que se dice labraron su grandeza entre las décadas de los 50 y 60, luego el Cruz Azul en los 70, y posteriormente el más grande de todos, el América que inició su vuelo en la década de los 80.
En la actualidad, mantenerse como un equipo constante y competitivo va más allá de tener una gran plantilla, es una labor global en la que se conjuga la capacidad de directivos, jugadores y cuerpo técnico, quienes buscan el equilibrio ideal para poder potencializar la capacidad individual y de conjunto para poder mantenerse en un nivel superlativo.
Desmenuzando el trabajo del conjunto de Coapa y analizando línea por línea e incluso el gran trabajo del estratega brasileño, deja en claro que con base al trabajo diario y adecuado manejo de repeticiones son la herramienta ideal para lograr esos movimientos y coberturas mecanizadas para ser el equipo punzante, seguro y balanceado.
Ahora bien, la zona baja del conjunto logró obtener una solidez y solvencia, sobretodo en la fase final, la recuperación y explosión en medio campo se fue amalgamando con la notable labor defensiva y aprovechó la vertiginosidad propuesta por fuera para culminar con el escalonamiento preciso en la zona de definición para conseguir esa efectividad y ofrecer la mejor versión del equipo en este Clausura 2024.
América ha hecho historia en los torneos cortos, si bien es cierto que fue el último tricampeón del futbol mexicano en torneos largos, hoy se catapulta como el primer tricampeón en torneos cortos, dejando atrás la historia ofrecida con los Pumas de Hugo Sánchez, el León de Matosas o el Atlas de Cocca, hoy el América de Jardine se encumbra como el más grande del futbol mexicano.
La mayor cantidad de títulos de liga, 16; el máximo ganador en torneos cortos con 8, el equipo con mayor cantidad de goles anotados, el equipo con mayor cantidad de partidos ganados, el único equipo que ha ganado una final ante el acérrimo rival, sin duda la historia que se ha labrado en el futbol mexicano se debe escribir con letras de oro como América el más grande del futbol mexicano.
Aún le falta un galardón más, el tetracampeonato, en torneos largos ya hubo un tetracampeón, Chivas fue campeón cuatro veces consecutivas en la década de los 50; alcanzando esa asignatura puede quedar en solitario como el mejor de México.
Otro tema que parecía imposible en la naturaleza del conjunto, era jugar con puros jugadores mexicanos, hoy quedó de lado, arrancó el partido con 8 elementos nacionales y terminó con 10 y un naturalizado, sin duda, es un gran trabajo del estratega que potencializa la materia prima mexicana y pone su capacidad a la par del rendimiento de futbolistas extranjeros.
La gran capacidad del entrenador brasileño dejó en claro que para lograr la explosividad no es necesario tener la pelota, basta con anular el mediocampo del equipo rival para lograr la posición en el terreno de juego y buscar la velocidad por fuera y amalgamar la definición en la zona de ataque.
Recuperar un equipo y volverlo a encauzar, habla de la capacidad conciliadora del propio entrenador, un equipo que luego del bicampeonato parecía no tener nivel y no se reencontraba, puntualmente alcanzó su mejor versión al cierre del torneo regular para luego meterse al play-in, de ahí dejar fuera a los mejores, Toluca, Cruz Azul y Monterrey para lograr darle mayor fuerza al TRICAMEONATO, ¡gracias, América!
¡Corte y queda!
Sobre el autor
Luis Alfredo Dominguez, docente universitario y analista deportivo. @LAlfredoDG