Opinión
De contratos y futbol
Contratos y renovaciones de tres años, como máximo. “Eso es lo que hay” en el futbol mexicano e incluso en el internacional. Cuesta pensarse entonces, en la industria de ese deporte, ¿con estabilidad y generación de antigüedad; con tranquilidad? ¿Para qué funciona así?
Parece que, como intensas son las emociones que se viven en los partidos, intenso es el momento en el que se acerca el tiempo de decidir si continuar en el equipo al que has representado, o de que te avisen que “ya no entras en planes”. También está la posibilidad de que te fiche otro club y de que la mente esté dividida entre los últimos juegos a disputar y las cuestiones que implica una mudanza de ciudad.
Y cómo pudo estar y está el nivel de presión para las jugadoras de la Liga BBVA MX Femenil, si hablamos de que los sueldos empezaron siendo simbólicos, y ahora son un poco mejores (a saber si con oportunidad de ahorrar y/o invertir), y en el sentido de que el cuerpo y la mente rindan, para garantizar una renovación de contrato o nueva incorporación, y de que sigas recibiendo entonces un sueldo.
Lo dije en una columna pasada, para nada me acostumbro al hecho de que las jugadoras tengan ciclos de unos años con sus empleadores, los clubes de futbol, y uno de los motivos es por esa dinámica que difiere del ideal y de lo que está normado en la mayoría de los empleos de la vida social. Lo más cercano a la estabilidad laboral que te puede pasar es tener un trabajo con contrato por tiempo indeterminado y, en tiempos recientes, tener más de una fuente de ingresos.
Podríamos decir que uno de los atractivos que “venden” los clubes son los fichajes, la contratación de nuevas y nuevos jugadores que sumen al plantel en términos futbolísticos y de atraer la atención de la afición.
Porque sí, hay fichajes particularmente emocionantes, solo que, a costa de qué y de quiénes. Y ser de las mejores futbolistas del país o incluso del mundo, como Alexia Putellas, para nada te ahorra tomar la decisión de renovar o de salir del equipo, ni las conversaciones y preguntas de los periodistas alrededor, cada par de años.
¿Cómo sería el futbol, si le añadiéramos tintes de estabilidad, si las jugadoras permanecieran en los equipos el tiempo que desearan, con contratos por tiempo indeterminado?
La cuestión también es que solo hay una liga mexicana, por ejemplo, y 18 clubes, por cientos de mujeres futbolistas y otro tanto más que desean serlo. Hay un campo laboral con límites, en la industria del futbol profesional, como lo conocemos. Y un rango de edad en la que puedes jugar-trabajar con mayor rendimiento, o así se ha establecido.
Otra cuestión para poner sobre la mesa, y que es real, es que una jugadora puede comenzar en un equipo y desear participar en otro, por el atractivo de unas mejores condiciones laborales. Si cada club diera lo necesario e incluso un poco más, construiría mayor estabilidad.
Y otro tema es que quizá se está tan acostumbrado a esta dinámica de salidas y llegadas de jugadores y sobre todo de directores técnicos en los clubes, que ya se habla de ciclos naturales en los que ahora las deportistas se plantean que se llegó a un tope y que necesitan acompañarse de otros profesionales para crecer y funcionar óptimamente. Eso lo retomo de declaraciones de Diana “la China” García, jugadora de Rayadas, en el podcast Encanchadas.
En suma: ¿cómo se regularía la industria del futbol, en cuestión laboral, para que a la persona deportista de alto rendimiento se le viera mucho más con un sentido humano, en vez de recurso útil o desechable, de propiedad, de ‘me perteneces y te muevo a mi conveniencia y en función de lo económico como principal guía’ (que ha estado ligado a la categoría varonil), y que fuera un negocio rentable, al mismo tiempo?
La respuesta me parece que necesitamos pensarla entre todas las partes, e incluso entre especialistas de áreas del conocimiento con un enfoque humanístico y social, ético y profesional, que ayuden a darle la vuelta a la situación. Aunque sabemos que estamos insertos en un sistema económico, político y social determinado, que para nada nos quedemos en “así son las cosas y punto”. Esa es la invitación. A imaginar otro mundo posible, futbolístico, mejor.
Sobre la autora
Miriam Padilla nació en la tierra de la torta ahogada y se sabe una apasionada del futbol. Estudió Periodismo en la Universidad de Guadalajara y la maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura del ITESO. Ha dedicado su tiempo y energía a espacios como el periódico El Informador, a blogs deportivos independientes, y al activismo y la construcción con mujeres, desde el colectivo ciclista Femibici.